Hola amigos, ayer tuve un sueño de esos que son para escribir una novela, aunque no lo crean suelo tener sueños muy largos con finales increíbles y los peor que me acuerdo de todo, este en particular hablaba de una pareja que se enamoraba en circunstancias extrañas, ella lo veía como un príncipe azul.
Entonces, pensé en mi príncipe azul, como lo conocí, como me enamore y como construimos juntos desde a poco nuestra casa. Pero mis compañeras de taller querían saber como fue mi noche de bodas y mi primer semana de casada. Lejos de lo que puedan esperar estos eventos más que eróticos y con detalles románticos son más bien humorísticos.
Todo comenzó la mañana de mi boda por iglesia, aunque no lo crean en pleno siglo XXI, nosotros no convivimos antes de casarnos y justo la mañana de nuestra boda tuvimos que mudar nuestra ropa y demás a la nueva casa que compartiríamos, teníamos la cama, una heladera usada y una cocina que nos habían regalado, una mesa y sillas como único mobiliario. Mientras ordenábamos las cosas notamos que no teníamos garrafa, así que salimos a comprar una y de paso algo de comida para el otro día que era domingo y no sabíamos a que nos despertaríamos.
Luego de las corridas a la peluquería, a ponerme el vestido y demás, comenzó la fiesta, eramos la pareja más feliz de estar casada, cuando terminó y lejos de la costumbre que los novios se retiran primero de la fiesta fuimos los últimos en irnos, cargamos los regalos en el auto y fuimos a casa. Había llovido y hacía frío yo entre la helada con mi vestido de verano ayudaba a bajar los regalos, pero sin notar que mi cola iba arrastrándose por todo el barro del pasillo, ahí le dije no deberías alzarme al entrar a la casa, el me miró y hicimos un intento pero con riesgo de terminar los dos en piso desistimos de esa ceremonia. Cuando quedamos solo intenté desvestirme pero tenía la corona cosida al cabello, sin muchos elementos mi marido tomo un cuchillo y empezó a cortar mi pelo y los hilos de la corona, si alguien en ese momento hubiera estado espiando a la pareja de recién casados hubiese llamado a la policía pensando en un asesinato, pero ahí no termina todo cuando quise quitarme el vestido tambien lo tenía cosido y mi marido con mucho alcohol encima cortaba cerca de mi cuerpo para liberarme de esa trampa mortal, protestando decía no pudieron hacerlo más sencillo, así sin corona ni vestidos, muertos de frío, porque no teníamos calefacción y afuera estaba helando nos acostamos tapándonos con todas las camperas que encontramos.
Ahí amigos, es donde la mente se nubla y aunque no lo puedan creer, entre el alcohol y el cansancio ninguno de los dos recuerda con exactitud que pasó después, a veces creemos que lo hicimos, otra pensamos que nos quedamos dormidos, yo lo ultimo que recuerdo es haber dicho es nuestra noche de bodas algo tenemos que hacer, pero después mi mente se nubla, no se si fue algo rápido o no fue nada la cuestión es que nos despertamos siete horas después abrazados, por el frío. Y allí comenzó nuestra verdadera convivencia con todo lo que ello implica.
